El acto de homenaje, que ha contado con la presencia de la hermana del artista, Pino Viera, reconoce la trayectoria del prolífico creador, autor de obras como
El Cristo Negro y
El Cristo del Atlántico, que figuran en la Pinacoteca Paulina del Vaticano
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha instalado en el paseo de San Cristóbal una placa que recuerda el lugar exacto en el que el artista surrealista Julio Viera vivió y montó su primer estudio. La concejal del área de Cultura, Educación y Deportes, María Isabel García Bolta, y el concejal de Distrito Vegueta – Cono Sur – Tafira, Christian Santana, ejercieron de maestros de ceremonia de un acto que contó con la presencia del catedrático e historiador Antonio de Bethencourt Massieu, uno de los promotores de la iniciativa junto a Ignacio Perera Rodríguez; la hermana del pintor, Pino Viera; así como con varios miembros de la Escuela de Arte Luján Pérez y un nutrido grupo de familiares y amigos.
De esta forma, el popular barrio marinero ofrecerá a los visitantes un recuerdo del punto exacto en el que se forjó parte del legado del artista e intelectual grancanario, un pintor extraordinario que contó en todos sus lienzos marinos con la sempiterna presencia del Castillo de San Cristóbal, y cuya obra se encuentra repartida por Europa y América. Julio Viera continúa en activo produciendo y exponiendo anualmente en diferentes rincones del mundo.
Julio Viera nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1934, sus primeros pasos en el mundo del arte los dio ya de niño de forma autodidacta, ampliando después su formación en la prestigiosa Escuela de Arte Luján Pérez, institución que hace escasos meses rindió homenaje al pintor en su 80 aniversario con la celebración de una exposición retrospectiva en el Club LA PROVINCIA.
Su vida, que desde hace más de cuatro décadas discurre en Palma de Mallorca, está plagada de anécdotas y curiosidades entre las que destaca el gran momento artístico en el que reta a Dalí y pinta El Ángel de Canarias, un cuadro de más de tres metros, en 45 minutos. El eco de la proeza circula a nivel nacional e internacional, y le abre puertas en otros territorios.
A los 23 años se traslada a Bélgica, trabaja en las minas de carbón y continúa explorando con el color y la materia. Residió en París 10 intensos años en los que entabló relación y amistad con grandes figuras del Arte y la Literatura; y fue reconocido con el Grand Prix de l’Originalité. Visitó Roma, Madrid, Andalucía, Tánger, Gibraltar, Moscú, Venecia, Viena, y otras tantas ciudades europeas a las que acudió con obra para exponer en las salas más reconocidas del continente.
La calidad artística de Julio Viera, cuyos trabajos El Cristo Negro y El Cristo del Atlántico figuran en la Pinacoteca Paulina del Vaticano, es inherente a su extraordinaria capacidad intelectual. El polifacético creador ha coqueteado con la literatura, pintado decorados y telones, colaborado con publicaciones como el semanario Volcán, y otros tantos medios de comunicación. Asimismo, es reconocida su faceta de compositor y cantante, talento que quedó plasmado en los discos grabados con discográficas como Pathé Marconi, Ducretet Thomson o Tepic.